jueves, 28 de abril de 2016

JUAN RAMÓN CRUZ

“Un campeón sudamericano, vive en Rocha”

¿Se acuerda de la Vidriería La Rochense de la calle 25 de Mayo?, ¿se acuerda de Ramoncito Cruz, su patrón, el que ahora vive en una chacra en las afueras de la ciudad?. Ese señor integró el equipo CAMPEÓN, en el primer Campeonato Sudamericano Juvenil de la historia, el que se jugó allá por Caracas en el año 1954, siendo los celestes de URUGUAY los primeros en dar la Vuelta Olímpica en esa categoría.

Desde el año 72, Juan Ramón Cruz se vino a trabajar y vivir en nuestra capital, junto a su  esposa, compañera y amiga: Gladys.
Nació en la Curva de Maroñas en Marzo del 35, por lo que sus primeros pasos en el fútbol los hizo en el equipo de la Curva: Danubio.
De niño vendió diarios, atendió el teléfono en las paradas de taxi, hasta que su viejo le consiguió trabajo en Vidrierías Unión, ahí tuvo que madrugar y mucho, para ir al trabajo y como el dinero hogareño no alcanzaba lo hacía en tranvía, si señor en los viejos y recordados tranvías, en tiempos que el boleto costaba “un vintén”.
Su viejo fue su espejo, fue su guía, le enseño lo que es la vida; sacrificio, lucha, pero siempre con la honestidad como bandera primera.
Y Ramoncito aprendió la lección paterna, y fue y es un tipo luchador, guapo, no le tuvo “asco” al trabajo, al buscar el sustento diario.
Tiene y tuvo amigos de primer nivel, de esos que muchos envidiarían, como el Gran Negro Jefe: Obdulio Jacinto Varela, o el recordado “Cotorra” Oscar Omar Miguez, el “Lucho” Borges, Don Raúl Bentancort, “el” Hugo Bagnulo, el “Negro” Tomás Rolán, ese muchacho nacido nada menos que en el Barrio José Machado de Rocha y que supo vestir la casaca del Danubio, la celeste de Uruguay y la “roja” del Independiente copero argentino.
La carrera futbolística de Juan Ramón Cruz la comenzó en la 4ª. Del equipo de la franja, con tan solo 14 años debuta en la primera en el año 49, frente al tradicional rival: Defensor,  teniendo como compañeros a figuras de primer nivel como Julio Maceiras en el arco, el Negro Burgueño y Romerito, luego integrantes del plantel de Uruguay campeón del Mundo en Maracaná, Raúl Bentancort, Auscarriaga que luego fuera campeón sudamericano de mayores.
En la temporada de 1955 pasa a otro grande: Peñarol,  llevado de la mano del “Coco” Spósito, juega hasta el 56, alterna con la casaca oro y negro con figuras como William Martínez, Américo Galván, el “Pardo” Julio César Abbadie, Carlos Borges, nuestro recordado coterráneo Roberto Gonzalvo.
Luego Cruz parte hacia el exterior y va a jugar a Venezuela llevado por aquel gran técnico que tuvo el Peñarol del 49, el húngaro Américo Hirsch, está dos años: 1956 y 1957.
Luego prima el trabajo y deber ir también al exterior a probar suerte y va hacia el norte, Canadá es su destino.
La carrera futbolista de Ramoncito finaliza en la vecina Maldonado, donde viene a trabajar y jugar, allá por el año 69 defendiendo al equipo del Punta del Este.
 Una visita a nuestros pagos, hace que Juan Ramón Cruz se “enamora” de nuestros lugares, de nuestra gente, de nuestro ser y sentir y junto a su inseparable Gladys recala en la capital rochense, y para siempre.

Y Ramoncito pasa a ser un personaje típico más dentro de esos que nuestro Rocha tiene, y ahí va por las calles empedradas o por la Ruta 15, con su sonrisa a flor de labios y un saludo fraterno, con su mano solidaria hacia todos,  con su ideal de un mundo mejor, de igualdad para todos, con su emblema de izquierda junto a otro grande como el profe Ruben Ocampo,  por un mundo sin pobres ni pobreza.
Queremos finalizar esta Semblanza con un recuerdo para el primer equipo CAMPEON SUDAMERICANO JUVENIL, aquel de Roberto Sosa, el carolino al arco, junto a Marichal y Claro formando el triángulo final; Walter Davoine, Omar Ramos y López como línea media; y adelante los cinco del gol: JUAN RAMÓN CRUZ, Héctor Demarco, Omar Pedersen, Víctor Homero Guaglianone, aquel que fuera campeón en Rocha con el Palermo, y el “Chongo” Guillermo Escalada, teniendo como director técnico al “Coco” Spósito, como homenaje a NUESTRO QUERIDO RAMONCITO CRUZ.

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